Expertos alertan del coste de las obras sanitarias con capital privado

Esta modalidad, según sus cálculos, puede llegar a multiplicar por cinco el presupuesto de centros de salud y hospitales

La financiación público-privada de servicios sanitarios que el Sergas estudio emplear para construir centros de salud como el de O Couto y O Vinteún, así como para completar el Plan Director del Complexo Hospitalario de Ourense (CHOU), podría 'multiplicar por tres y hasta por cinco el coste final de las infraestructuras', advirtió ayer Manuel Martín, médico y secretario de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), organización compuesta por profesionales del ramo, desde médicos, a enfermeras, psicólogos, o gestores.
En un marco de restricciones sanitarias -caída del presupuesto de la Consellería de Sanidade, paralización de programas en Atención Primaria, eliminación de peonadas, cierre del camas, etc.- la apuesta por la financiación privada 'es una incongruencia'. Manuel Martín -invitado a una conferencia debate sobre financiación sanitaria- llamó la atención del futuro hospital de Vigo. 'Su presupuesto estaba fijado en 250 millones de euros, y con la financiación privada el coste final a pagar en veinte años será de 1.400 millones'.
En lugar de gastar el presupuesto del capítulo de inversiones, se destina el capítulo del gasto corriente a abonar intereses y cánones a constructoras, aseguradoras y demás entidades financiadoras, que ante todo buscan su lucro'. A la larga, 'ese endeudamiento conduce a la ruina'. Madrid y Valencia han apostado por estas fórmulas, y los tribunales de cuentas de ambas regiones 'han dictaminado que se hallan en quiebra'.

Martín García se refirió al Plan Director del CHOU, actualmente paralizado, después de que se hubiese licitado la adjudicación de la obra. Pese a su urgencia, al estado deficiente del Santa María Nai y a la dispersión de las consultas hospitalarias en varios edificios, 'se frena su ejecución para usar la vía de la financiación privada, que arruinará el sistema, beneficiará a empresas constructoras, aseguradoras y bancos'.
La sanidad ourensana, si se apuesta por este modelo, 'quedará en sus manos durante los próximos veinte años', en los que buscarán 'ajustar' los costes para lograr más 'margen de beneficio'.


EL MODELO DE MADRID

Marciano Sánchez-Bayle, médico pediatra del Hospital Niño Jesús de Madrid, y miembro, asimismo, de la FADSP, analizó las consecuencias que está teniendo el modelo de financiación público-privada en la comunidad de Madrid. 'Nuestra experiencia es muy negativa', aseguró. Primero porque 'es más gravoso' para la administración'. En Madrid, se han construido siete hospitales con esta fórmula en los últimos años y 'se han pagado ya 603 millones de euros por la construcción de unas infraestructuras con un coste real de 711 millones'. Seis hospitales se podrían haber construido con dinero público y ya estarían pagados, pero al recurrir a la vía privada 'ahora quedan 2.400 millones por pagar. Es un sistema tremendamente caro', sostuvo Sánchez-Bayle.

Paralelamente al coste, cuando se construyeron estos hospitales 'se hicieron con pocas camas por cada mil habitantes, por debajo de lo necesario y con poco personal'. Las ratios se sitúan, según el pediatra, en la mitad de las que tienen los centro públicos tradicionales. 'Por no hablar de los problemas que ha generado la construcción en sí, ya que la Inspección de Trabajo de la Seguridad Social señaló numerosas deficiencias, incluso en lo que atañe a la seguridad.

¿Consecuencias? La población en general 'rechaza estos hospitales y reclama ser atendida en los tradicionales'. Lo preocupante, afirmó, es que los nuevos hospitales se han cubierto con personal trasladado de los ya existentes, que han visto disminuidas sus plantillas y recortadas sus camas. Al punto que con siete hospitales más, sólo se han ganado cien camas'


Artigo extraído do periodico LA REGIÓN

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